¿Qué hay de
bueno en esta situación y que pocos ven?
1. Tienes
esa libertad por la que tanto has suspirado muchas veces. Deja de sentirte
culpable y aprovéchala. Aprende, disfruta, crea.
2. La dialéctica es una batalla perdida, no
esperes comprensión por tus decisiones. Los
demás no son tú.
3. Deja
de torturarte, inútil es quien no se sirve a sí mismo. Evita la compasión,
es como la limosna: alimenta, pero te hace débil.
4. Dedícate
tiempo a ti. Haz aquello que siempre
quisiste hacer, dedicar más tiempo a tus seres queridos, a tus hobbies, a
mantenerte en forma, ver museos, senderismo, … todo menos quedarte encerrado en
casa.
5. Dependencia
no es subordinación, aunque rija una tradición en sentido contrario. Sé
amable con los que te aconsejen, pero no dejes que los consejos de padre, que
otros puedan darte, te conviertan en un esclavo de sus palabras.
6. Discutir consume, guarda energías. Si
te dan consejos que ya has probado o sabes inaplicables, no intentes razonar,
ignóralos.
7. Actúa según tus propios deseos y
necesidades, no vas a tener otra vida. Sé realista respecto a tu edad y posibilidades.
8. Apóyate
en la más mínima motivación, aunque sea inoportuna o absurda.
9. Contempla
la eventualidad de que te contraten y adapta tus opciones a ello, pero no
dejes que un mañana probable paralice lo que puedes hacer hoy.
10. Entre varias vías de acción, sé práctico, elige la que más te guste.
11. Abarata
tus gustos o hazlo tú mismo, pero no dejes de disfrutar por tu falta de
liquidez.
12. Estructura
tu día. Apaga la tele. Ponte un horario. Sal a la calle, muévete. Los jubilados lo saben y lo aplican.
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