En algún
momento, muchos nos hemos podido ver tentados a no decir la verdad en una
entrevista de trabajo, a la hora de redactar un currículum o ante la atenta
mirada de un cliente o de un superior.
El dar el
paso de faltar a la verdad, independientemente de no haber sido detectada por
el resto, supone que en nuestro interior, resuena una queja. La queja de
nuestro “Yo interior” que sabe que no hemos sido honestos con nosotros y con
los demás. Es esa barrera, que una vez traspasada, nos acompaña en nuestro
camino, haciéndonos ver en todo momento que nos traicionamos a nosotros y que
nos obliga a guardar ese secreto para evitar las represalias por semejante
deshonestidad.
Cuando uno es descubierto y aflora el engaño, no sólo perdemos la credibilidad ante el grupo, sino que nuestra autoestima se ve dinamitada, dándose casos en que dicha situación lleva al aislamiento de la persona y un difícil tránsito hasta su superación.
Scott Thompson, ex consejero delegado de Yahoo |
Casos como
el de Scott Thompson, hasta hace poco Consejero Delegado de Yahoo, son un claro
exponente de lo que conlleva mentir. Scott, faltó a la verdad, modificando su
currículum, en el cual dijo tener titulación en programación computacional,
cuando realmente tenía un título de contabilidad. El descubrimiento de
semejante mentira le ha costado la pérdida del puesto, aunque se hayan aducido
cuestiones personales. Pero, ¿Cuáles habrán sido los daños que le ha provocado
el haber mentido durante años y saber que algún día podía ser descubierto?
Actualmente, Scott Thompson se está sometiendo a un tratamiento, tras habérsele
diagnosticado cáncer de tiroides. ¿Casualidad?
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