Los grillos
tienen una memoria general de lo que les ha ocurrido en sus anteriores combates
y actúan en consecuencia. Así, los que han ganado unas cuantas luchas seguidas
se vuelven más agresivos, comportándose de manera más dócil en caso contrario.
Si juntamos en el mismo hábitat a un grupo cerrado de este tipo de animales con
memoria general, acaba por formarse una jerarquía de dominancia, con rangos de
poder entre los individuos, hasta que las peleas prácticamente cesan. Lo
interesante de este comportamiento es que no se decide en relación al poder que
ostentan los demás (no se distinguen los unos de los otros), sino que ¡se basa
enteramente en la "opinión" que cada uno tiene de si mismo!.
Los grillos
que suelen perder las peleas (incluso los que empiezan perdiéndolas por azar)
sistemáticamente se inhiben al luchar con otros, y pasa lo contrario con los
que han comenzando con victorias. Los ejemplares dominantes no son los más
fuertes necesariamente, sino los que han tenido la suerte de ganar más peleas
inicialmente y por lo tanto tienen "actitud de ganador".
Es decir,
los grillos simplemente "pierden la moral" y dejan de luchar: ¿para
qué esforzarse si su experiencia les dice que no suelen ganar?
¿Tu actitud es como la del grillo? No te condiciones por tus experiencias pasadas. |
Muchos
humanos se comportan de manera parecida a los grillos. Si encadenan un par de
fracasos, aunque sean por cuestiones fuera de su control, se desmoralizan y ya
no lo intentan. Y la actitud constituye un porcentaje muy alto de las
posibilidades de éxito. Desde luego no es suficiente sólo con actitud. También
hace falta aptitud, esfuerzo y, como no, un poco de suerte. Pero sin la
adecuada actitud y estado mental, conseguir cualquier reto es casi imposible.
Sea lo que
sea que nos propongamos, debemos acordarnos de los grillos y tratar de no
actuar como ellos. Si damos algo por imposible antes de empezar o si no ponemos
todo nuestro empeño el fracaso está casi asegurado. Y si lo intentamos y
fracasamos, la actitud correcta debe ser aprender de ese fracaso, nunca
hundirse y no volver a intentarlo.
Fuente de la noticia:
http://jmalarcon.es/post/Comportarse-como-un-grillo.aspx
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