Convertirnos
en una persona capaz de aunar esfuerzos, de agrupar voluntades y de dirigir una
colectividad en pos de un objetivo común de manera victoriosa es, cuando menos,
un reto que todos deberíamos probar alguna vez en la vida. Da igual si el fin
es modesto, si se circunscribe a tu familia, a tu comunidad de vecinos, a tus
compañeros de trabajo, da igual, lo importante es sentir que podemos aportar
algo con nuestro mensaje, con nuestro trabajo y con nuestra actitud ante la
vida.
Al Pacino lo resume de una manera perfecta en este breve, pero intenso, fragmento de la película “Un domingo cualquiera”. Grandes entrenadores lo han utilizado como vídeo de motivación, por algo será.
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